Trabajo en casa, trabajo fuera de oficina, trabajo virtual

MartaOlga Arango López

Julio de 2020

Esta realidad de trabajo virtual y trabajo desde la casa ¿Qué impacto está generando? Es lo que te invito a reflexionar

Estoy segura, por lo que he leído y vivido, de que esta realidad está formando y va a entregarle a las empresas personas más tecnológicas. ¿Te has preguntado si también van a ser mejores personas, más equilibradas emocionalmente, más fuertes ante la adversidad?

Para construir futuro, debemos aclarar ¿Cuáles son las diferencias o las similitudes entre virtualidad y home office?

El trabajo/la vida de oficina debe producir, sin lugar a duda, valor económico. ¿Tú crees que también debe producir valor social? ¿Cómo lo podemos lograr?

Pongamos un símil: los restaurantes ¿solo sirven para comer, o son ante todo espacios de socialización?

Miremos el impacto en la vida cotidiana de lo que esto ha significado. El mundo virtual, entendido como el trabajo fuera de la oficina, quita uno de los mejores aportes de la vida de oficina: los corredores para socializar, para conversar de temas diversos, para desahogarnos, para interesarnos por el otro, para estirar las piernas… Nos quitó la posibilidad de leer rostros, ya solo se trabaja con la voz…. Cómo era de importante echar un vistazo al estado de ánimo de mi jefe, cómo me ayudaba eso a avanzar en el trabajo, y lo mejor siempre encontraba alguien que me ayudara a comprenderlo. Hoy entrar a Zoom es enfrentarme a una realidad que simplemente debo recibir y punto, que debo sufrir. Se acabaron las risas. Todo es conectarme a trabajar… y agradezca que tiene trabajo

El trabajo fuera de la oficina también me quitó –aunque te de risa–, las horas de los desplazamientos. Las prefiero en trancón con celular y música, que adicionadas al trabajo. Algo tan simple como mi reloj, ya no me lo puedo quitar, ya no puedo decir, me cogió la noche, no alcanzo a llegar, ya me voy porque se me hace tarde, solo vale decir “conéctate”. ¿Quién dijo que el trabajo fuera de la oficina le regala a mi vida personal las horas del trancón?

Alguien me dirá, MartaOlga estás siendo muy exagerada. ¡Esto no ha sido tan horrible!

Y pienso, hasta eso nos pasó. Qué polarización, qué extremos tan desiguales para analizar esta experiencia. Yo te invito a que nos permitamos analizar las situaciones también desde el lado opuesto. Recuerda que el reto siempre será la síntesis.

Yo presiento que hay algunas personas muy felices, porque pudieron trabajar desde la finca, tomar cursos virtuales, cocinar delicioso, clases de yoga personalizadas. Pudieron hacer lo que hace mucho querían hacer…. ¡Qué bueno! ¿Pero cuántos son esas?

Para cuántos de nuestra sociedad, salir a trabajar es oxígeno, los saca de la rutina, les permite respirar algo diferente a su ambiente de familia, les da esperanza, les muestra que hay otras posibilidades con las que pueden soñar. Para cuántos es una oportunidad para aprender a relacionarse, a leer rostros, a compartir un café, a escuchar otras conversaciones.

Como comentaba una persona en alguna de las conferencias virtuales, es que cuando estoy en la oficina, y quiero hablar con alguien, paso por su espacio, lo miro de reojo, logro darme cuenta con qué ánimo está. Puedo decidir si espero o me arriesgo. Puedo preguntarle al vecino qué le pasó y aprendo a comprenderlo y a respetarlo. Ahora en este virtualismo, simplemente me conecto, activo el audio, saludo y me traga “una voz”. Qué impotencia. ¿Será que sentir la emoción del otro, perdió su valor?

Para cerrar esta reflexión, volvámonos a la preguntar original: ¿Cuál podría ser el aporte más valioso de esta cuarentena?

Volver a la familia…

Volver al hogar…

Yo creo que el gran aporte podría ser el encuentro con tu propio SER, con tu ser interior, tu eco, tu conciencia, tus posibilidades, tu columna vertebral interior; el timón de tu vida; tu compañía de siempre, esa voz interna que te resuena y te orienta para salir engrandecido de cualquier situación de la vida cotidiana.

Nuestro SER quizás lo teníamos olvidado. Le habíamos volteado la cara, lo desconocíamos, hasta el punto de que pretendimos ser felices, sin contar con él. Dándole la espalda.

El gran reto de esta cuarentena es mirarlo a los ojos y darnos cuenta de que existe. Y que ese es el primer y más importante trabajo en la vida: nuestra propia humanidad, la calidad de nuestro SER.

¿Qué sigue?, comenzar a responder ¿Qué SER quiero SER?, ¿Para qué? Y ¿A que estoy dispuesto?

Marta Olga