VALE LA PENA REFLEXIONAR desde el TE

La experiencia de reflexión no es un momento, no es una práctica puntual, es permitirte darte cuenta del momento presente y disfrutar el TE: ObservarTE, SentirTE, SanarTE, ElegirTE y TransformarTE.

Te invito a darle un significado práctico y cotidiano a la palabra reflexionar, y convertir la posibilidad de vivir una experiencia de reflexión en un camino de sanación y encuentro con tu propio SER y sus posibilidades.

Reflexionar, más que un ejercicio intelectual de análisis, de juicio o de conclusiones, es un ejercicio de conciencia para DARTE CUENTA de qué tan libre eres para ser feliz, es decir, qué tanto dependes del pasado, del externo, de lo acumulado y de las circunstancias para sentir tranquilidad, serenidad y armonía.

Es un proceso para darle la bienvenida a tu SER consciente, permitirle que “nazca para ti”. Voltear la lámpara e iluminarte es el camino a través del cual logras convertirte en el “artesano de tu propio SER” y sin querer, en un referente inspirador para quienes te rodean.

¿Cómo se vive?

En un fluir de preguntas y respuestas, donde el centro de atención eres tú y solo para ti mismo. El punto de partida son los actos de tu ser inconsciente en la vida cotidiana, los cuales generan un sentir de emociones evidentes y nos invitan o abren paso a la abundancia de las emociones posibles; emociones que pueden ser elegidas y manifestadas por tu SER consciente.

En una vivencia reflexiva en la cual eres al mismo tiempo el actor, el protagonista, el director y el beneficiado. En otras palabras, eres al mismo tiempo “infinitas posibilidades”: el que sufre, reacciona, neutraliza o alimenta; eres la realidad que crea tu libre albedrío.

Comienzas a vivir una experiencia reflexiva cuando volteas la lámpara que siempre ha iluminado a los demás para convertirlos en el centro de atención de tu EGO, con la finalidad de compárate, juzgarlos, criticarlos, culparlos y exigirles, y decides iluminarte a ti mismo para convertirte en tu propio observador. Para permitirte ser el timón de tu propia vida.